Historia de Choquequirao, La historia prehispánica de Choquequirao es todavía desconocida. Sin embargo, como señala el joven historiador francés E. Duffait en su tesis doctoral recién sotenida, sabemos que el conquistador Francisco Pizarro cedió a su hermano Hernando toda la región de Choquequirao, que se llamaba entonces Choquicarango o chuquierrango, lo que muestra que los españoles conocieron este sitio poco después de su llegada al Peru, en el siglo XVI.
El mismo autor indica que, tanto Choquequirao como Machu picchu, eran las residencias reales personales del inca Tupac Yupanqui, las cuales simbolizaban su poder y adquirían toda su significación simbólica y su importancia después de la muerte del soberano. Su función principal era perpetuar su memoria y entender las necesidades de los distintos miembros de su linaje, por los productos que allí se elaboraban. Ambos sitios tenían, pues, un papel altamente ritual.
Durante siglos la historia de Choquequirao estuvo envuelta por un velo de oscuridad, protegida por su lejanía, a diferencia de Machu picchu, la gente sabia que estaba allí, fue mencionada por primera vez en un documento español XIX fue estudiada detalladamente por Leonce Angrand, el Consul de Francia en Lima. Finalmente, en 1909, el infatigable explorador norteamericano Hiram Bingham, el cual exploro y trazo mapas del Lugar.
Origen del Nombre de Choquequirao
Según los estudios, a pesar que Choquequirao no era un lugar de extracción de oro o plata, su nombre tiene connotaciones sagradas. En el idioma aymara, que se hablaba en una gran parte de los andes meridionales antes de los incas, el termino Choque designa al oro y a todo lo que se relaciona con el. Se refiere a todas las cosas que brillan, como el sol, el relámpago, las piedras de micaque titilan bajo el sol, y todo lo precioso y de mucho valor.
Su sinónimo en quechua es Cori, el Oro. Por su parte, el termino Quirao, significa “cuna de oro”, una posible alusión a las numerosas minas de oro de toda esta área que los incas explotaban considerándolas como sagradas. No hay que olvidar que el Inca era hijo del sol , inti en la tierra, y su mujer esposa, un reflejo de la luna, Quilla.